Un análisis detectó que quienes lo consumen tienen de un 9% a un 13% menos de riesgo de mortalidad, en comparación con quienes no lo beben.

Dos tazas de té al día pueden ser la diferencia entre una vida más o menos larga. Así lo determinó un reciente estudio, según el que tan sólo dos tazas de esta tradicional infusión podrían reducir el riesgo de mortalidad en alrededor de un 10%.

Investigadores de los Institutos Nacionales de la Salud del Reino Unido aseguraron que “las personas que consumen dos o más tazas al día tenían entre un 9% y un 13% menos de riesgo de mortalidad en comparación con las que no beben té”.

Los resultados del trabajo fueron publicados en Annals of Internal Medicine, y también sugirieron que las conclusiones habían sido las mismas independientemente que la persona también haya bebido café, o si agregó leche o azúcar a la infusión. Tampoco influyó cuál había sido la temperatura preferida del té, y el riesgo reducido se mantuvo independientemente de los genes de las personas.

Los investigadores utilizaron datos del Biobanco del Reino Unido, según los cuales el 85% de los hombres y mujeres del estudio de entre 40 y 69 años habían informado que bebían té con regularidad. De ellos, el 89% dijo que bebía té negro.

El té negro es rico en antioxidantes relacionados con una mejor salud cardíaca, intestinal y cerebral, y niveles más bajos de colesterol “malo”, presión arterial y azúcar en la sangre. El té es una rica fuente de compuestos vegetales saludables llamados polifenoles y estos actúan como una ayuda para controlar los efectos dañinos de las moléculas que dañan las células en el cuerpo.