Evangelio del día (para orientar tu meditación)
Del santo Evangelio según san Lucas 6, 1-5

Un sábado, Jesús iba atravesando unos sembrados y sus discípulos arrancaban espigas al pasar, las restregaban entre las manos y se comían los granos. Entonces unos fariseos les dijeron: “¿Por qué hacen lo que está prohibido hacer en sábado?”. Jesús les respondió: “¿Acaso no han leído lo que hizo David una vez que tenían hambre él y sus hombres? Entró en el templo y tomando los panes sagrados, que sólo los sacerdotes podían comer, comió de ellos y les dio también a sus hombres”. Y añadió: “El Hijo del hombre también es dueño del sábado”.

Palabra del Señor.

Medita lo que Dios te dice en el Evangelio

Somos hijos de Dios y Dios es nuestro Padre. A veces podemos pensar como los judíos que criticaban a Jesús. Y podemos ser perfectos observantes de los mandamientos, como ellos. Vamos a Misa los domingos, somos generosos en la limosna, ayudamos a los pobres que están fuera de la iglesia… En fin, hacemos muchas cosas, pero lo llevamos como una carga. Queremos ser santos y pensamos que tenemos que cumplir una serie de requisitos. Terminamos viviendo la fe con formalidad y perfección pero sin amor y esto, ¿por qué?

La fe no es cumplir, la fe es amar. Dios es Padre y nosotros somos sus hijos. Todo lo que nos rodea, un hermoso paisaje, un atardecer, una rica comida, la maravilla del universo… es regalo de ese Padre para que lo disfrutemos. Jesús nos enseña a ser hijos, a no vivir de fachada sino a vivir con el corazón.

Esto no quiere decir que dejemos de cumplir, que dejemos de ir a Misa los domingos o de cumplir los mandamientos. Esto quiere decir que vamos a Misa para agradecer a Dios tantos regalos; y cumplimos los mandamientos porque sabemos y confiamos, como buenos hijos, que el Padre sólo puede querer nuestro bien.

La fe no ha de ser un peso agobiante que nos amarga la vida, ha de ser una cruz que cargamos con alegría porque comprendemos el sentido que tiene y confiamos en el Padre. Lo más hermoso de ser hijo es que tu Padre no te va a quitar el resfriado que tomaste después de estar jugando en la lluvia, pero te va hacer disfrutar de cada momento. Dios no quita las dificultades sino que ayuda a dar sentido a cada momento de nuestra vida.

«La palabra “hipócrita” Jesús la repite muchas veces a los rígidos, a aquellos que tienen una actitud de rigidez al cumplir la ley, que no tienen la libertad del hijo: sienten que la ley se debe hacer así y son esclavos de la ley. Pero la ley no ha sido hecha para hacernos esclavos, sino para hacernos libres, para hacernos hijo. San Pablo predicó mucho sobre esto; y Jesús, con pocas predicaciones, pero con muchas obras, nos ha hecho comprender esta realidad».
(Homilía de S.S. Francisco, 24 de octubre de 2016, en santa Marta).