Litto Nebbia, Nicki Nicole y Él Mató sobresalieron en una tarde que hermanó épocas musicales
La leyenda del rock argentino Litto Nebbia y sus históricas canciones, la fresca propuesta bailable de Nicki Nicole y el indie de Él Mató a un Policía Motorizado fueron las grandes atracciones en la segunda tarde de Lollapalooza Argentina, en el hipódromo de San Isidro, en una grilla que, sin proponérselo, planteó un viaje musical que hermanó épocas.
Es que entre el inicio del set de Litto Nebbia con «Si no son más de las tres», la misma canción con la que a principios de los ´70 sorprendió en un B.A. Rock al acercar el folclore al movimiento con su cruce con Domingo Cura; hasta el «Ya me fui», con el que Nicki Nicole cerró su actuación junto a Duki y Bizarrap como invitados, hay un lapso de más de 50 años de música popular joven argentina.
Todo eso ocurrió con menos de una hora de diferencia ante un público en el que literalmente los más jóvenes y los más grandes compartieron sus historias musicales.
Como una de las más bellas parábolas del rock argentino, la presencia del responsable de «La Balsa» en este encuentro musical demostró que las intenciones no varían con el paso del tiempo, más allá de las formas que adquieran las propuestas artísticas.
Acompañado por Ariel Minimal, en guitarra; Leopoldo Deza en teclados y vientos; Nica Corley, en guitarra; y su hermano Juanchi, en batería -ambos de Los Reyes del Falsete-, Litto Nebbia brindó una memorable actuación plagada de clásicos.
«Nueva zamba para mi tierra», «El rey lloró», un potpourrí con «Viento dile a la lluvia» y «Ayer nomás», «Quien quiere oír que oiga» y «Solo se trata de vivir» fueron algunas de las canciones que sonaron revitalizadas en este contexto.
Sin embargo, la gran cumbre resultó «Yo no permito», no solo por su lírica, sino también por el impacto de ver en el fondo del escenario la proyección de imágenes viejas del artista. Todo un símbolo resultó que esas fotos y el video de lo que ocurría sobre el escenario se proyectaban enmarcadas como si se tratara de un antiguo cuadro familiar.
«Armonía es lo que necesitó» marcó un final de brazos agitados en alto del set de Litto, pero no había tiempo para quedarse con esa imagen porque desde el escenario de enfrente comenzaba a sonar con fuerza Nicki NIcole.
En una presentación en la que puso sobre el tapete toda su gracia natural, la joven artista se mostró sólida y segura en un universo musical de baladas pop, atisbos de rock y rhythm & blues, y nuevos ritmos urbanos.
«Colocao» y «Mala vida» dieron inicio a una presentación que contó con No Te Va Gustar como banda invitada sorpresa en el tema «Venganza»; y que al final desató el delirio generalizado cuando, tras preparar el terreno con «Wapo traketero» y «Mamichula», subieron al escenario Bizarrap y Duki para «Ya me fui».
Mientras ocurría esto, en otro escenario desplegaba lo suyo la cantautora estadounidense LP, una compositora de carácter que desde la voz recuerda a Cher pero desde su postura musical linkea directamente con Alanis Morisette.
Más temprano, con su cuota de rock indie, Él Mató a un Policía Motorizado mostró que ya está acostumbrada a los grandes festivales y que, más allá del horario en que le toque actuar, cuenta con un sólido set que le permite pisar fuerte.
En su recorrido, obviamente no faltaron «La síntesis O´Konor», «El magnetismo», «El tesoro», «Yoni B» y «Ahora imagino cosas», entre otros clásicos.
Mientras caía la noche, Khea se apoderaba de uno de los escenarios centrales, mientras se esperaba la presencia estelar de Machine Gun Kelly, Doja Cat y, fundamentalmente, The Strokes, para darle forma definitiva a esta segunda jornada,