La dura respuesta de la Asociación Argentina de Psiquiatras: “En nuestro país no existen los manicomios hace décadas”

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Fue en respuesta a los dichos del gobernador Axel Kicillof, quien aseguró que en la Provincia de Buenos Aires han sido ejemplares en “desmanicomializar”.

En el acto que compartió con Cristina Kirchner para inaugurar obras de ampliación del Hospital pediátrico de La Plata, Sor María Ludovica, el gobernador Axel Kicillof dijo que en su provincia han sido ejemplares en “desmanicomializar”, palabra que apenas pudo pronunciar por lo enrevesada.

“Dejar de estigmatizar, perseguir y marcar a aquellos que tienen estas dificultades”, siguió diciendo Kicillof, eufemismo para referirse a las enfermedades mentales que no quieren nombrar como si con ello bastara para que no existan. “La ley exige, exige muy bien, que haya que atender en instituciones generales a aquellos que tienen un problema de salud mental”, completó el gobernador.

En efecto, la Ley a la que aludió Kicillof, votada en el año 2010, disponía el cierre de los llamados monovalentes, clínicas y hospitales psiquiátricos, para el 2020, es decir en un plazo de 10 años, previo aumento presupuestario, readecuación y creación de nuevos dispositivos. Ninguna de esas condiciones necesarias se cumplió, pero eso no le impidió al ministro de Salud bonaerense, Daniel Gollán, prohibir, en diciembre de 2020, vía resolución, las internaciones en neuropsiquiátricos, dejando a los pacientes al borde del precipicio, sin lugares apropiados para su atención.

Hace tiempo que la gran mayoría de los neuropsiquiátricos han dejado de ser lugares de encierro y se han adaptado al trabajo multidisciplinario: ni son manicomios ni son monovalentes. De todos modos, no se entiende por qué, para los redactores de esta Ley, es aceptable que existan establecimientos especializados en cardiología, pediatría o traumatología y no en psiquiatría. En una entrevista anterior con Infobae, directivos y profesionales de clínicas psiquiátricas, agrupadas en la Asociación Argentina de Instituciones de Salud Mental (Aisame), explicaron que hace tiempo trabajan con el enfoque interdisciplinario y moderno que indica la nueva Ley de Salud Mental.

En la misma línea, desde la Asociación Argentina de Psiquiatras (AAP) aseguraron en un comunicado: “Hemos escuchado con asombro y preocupación, declaraciones en donde se sigue hablando de ‘desmanicomialización’. En nuestro país hace muchos años que no existen manicomios.Lo que existe es una red de hospitales especializados con equipos interdisciplinarios de enorme valor por su experiencia y dedicación, que representan la alta complejidad de la salud mental”.

“En el año 2010 se sancionó en nuestro país la Ley Nacional de Salud Mental 26.657. Como es bien sabido esta ley surgió de una usina de pensamiento teórico, alejada de la realidad cotidiana del padecimiento de las personas afectadas por trastornos mentales. Las dos asociaciones que nuclean a los trabajadores de la salud mental decanas del país (AAP y APSA) solicitaron en reiteradas oportunidades ser partícipes de la redacción del proyecto para hacer un aporte basado en la experiencia y el conocimiento de las tendencias más actuales en el campo de la salud mental a nivel internacional. Lamentablemente una actitud incomprensible privó a la legislación de la opinión de los expertos. Esto se reflejó en la letra de la norma cuyo empeño en atacar a la psiquiatría y los hospitales especializados sólo es superado por la estigmatizante invisibilización y banalización de los verdaderos alcances del sufrimiento psíquico, mediante el negacionismo de los trastornos mentales”, aseveraron.

Y continuaron: “La falta de conocimientos de quienes redactaron la norma se pone en evidencia con el imperdonable olvido de incluir los programas de intervenciones precoces, lo que hubiera significado una verdadera modernización y puesta a tono con lo que marca la tendencia a nivel internacional”.

Desde la AAP consideran que “aún con una norma defectuosa, se pueden dar pasos que impliquen un verdadero cambio y modernización en nuestra salud mental”. “Se ha explicado en reiteradas oportunidades las razones por las cuales los servicios de salud mental de los hospitales generales sólo pueden cumplir una función subsidiaria en la red asistencial de salud mental, no estando preparados para cumplir un rol pleno. La Ley 26.657 propone que los hospitales monovalentes deben adecuarse, lo que se convierte en una ventana de oportunidad para equipar y modernizar los hospitales especializados y convertirlos en centros asistenciales polivalentes de alta complejidad. Esta modernización en red nos permitiría dotar a nuestro país de un sistema de salud mental acorde a los tiempos vigentes y los avances de la ciencia que le permitirán ayudar a satisfacer las necesidades básicas de la sociedad”, concluyeron los especialistas.

En diálogo con Infobae, Ricardo Corral, médico psiquiatra y presidente de la institución que nuclea a los psiquiatras, sostuvo:“Queremos dar un mensaje de armonía para la comunidad. Nuestro objetivo es promover la salud mental y la armonización de nuestra sociedad que está perturbada por las palabras, las opiniones y las interpretaciones. Los comunicadores, los funcionarios, los políticos y la comunidad en su conjunto utilizan términos inapropiados para hablar de cuestiones vinculadas con la pérdida de la salud mental. En este caso, el gobernador expresó como un objetivo a lograr ‘que no hayan más manicomios’. Y en esto hay un gran malentendido. Yo soy médico del Hospital Interdisciplinario Psicoasistencial José Tiburcio Borda hace más de 40 años y la gente todavía lo considera un manicomio. Pero no lo es. Es un hospital especializado en problemas de salud mental. No es solo el gobernador el que se confunde, mucha gente de la comunidad lo hace”.

Trastorno mental, enfermedad mental o padecimiento mental: cuál término emplear y por qué.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) define a la salud mental como el estado de bienestar en el que la persona realiza sus capacidades y es capaz de hacer frente al estrés normal de la vida, de trabajar de forma productiva y de contribuir a su comunidad.

En términos prácticos, el término “enfermedad mental” suele reservarse para aquellos procesos patológicos en los que la pérdida de salud tiene una causa orgánica conocida o sospechada, aplicable claramente a enfermedades físicas, aunque también a enfermedades mentales. La esquizofrenia, el trastorno bipolar y la demencia son enfermedades mentales

El término “trastorno mental” es más amplio y se usa cuando hay una alteración genérica de la salud, sea o no consecuencia directa de una causa orgánica evidenciable o sospechosa, en la que los determinantes psicosociales tienen un rol en su génesis y evolución. Ejemplos: trastorno depresivo, esquizofrenia, trastorno bipolar, trastorno por estrés postraumático, fobia social.

El término “padecimiento mental” o “padecimiento psíquico” suele referirse al sufrimiento (dolor, angustia) que se asocia a la pérdida de salud y puede o no, acompañar a los trastornos y enfermedades mentales. El término ha pretendido sustituir las palabras “enfermedad” y “trastorno mental”, siendo su uso inapropiado ya que padecimiento mental refiere al impacto de la pérdida de la salud, o sea a las consecuencias de la enfermedad o trastorno mental en el bienestar de las personas.

“El lenguaje utilizado puede promover falsos mitos y estereotipos que exacerban el estigma y la discriminación, o bien puede ser una herramienta para informar de forma rigurosa y adecuada a la población. Informar de forma adecuada y rigurosa tendrá un impacto positivo para que la sociedad respete a los grupos vulnerables”, finalizaron los expertos.

Fuente: Infobae

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