¿Por qué se arma el arbolito de Navidad el 8 de diciembre?

En nuestro país es tradición armar el clásico árbol en el Día de la Inmaculada Concepción. 

Antiguamente en el norte de Europa, la costumbre de adornar un árbol se llevaba a cabo para celebrar el nacimiento de Frey, el dios nórdico del Sol y la fertilidad. Según cuenta la leyenda, San Bonifacio, el evangelizador de Alemania, cortó un árbol que consagraba al dios Thor y en su lugar puso un abeto que simbolizaba el amor de Dios. A este árbol lo adornó con manzanas y velas, las primeras simbolizaban el pecado original y las tentaciones, mientras que las segundas, representaban la luz de Cristo. 

Tras la cristianización, los religiosos adaptaron esta versión, dándole otro significado: tomaron la idea de adornar un árbol, tradicionalmente de pino, para celebrar el nacimiento de Cristo, y dándole la representatividad del amor de Dios y la vida eterna. Conforme pasaba el tiempo, las manzanas y las velas se transformaron en esferas, luces y otros adornos. Después se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol, enviados por San Nicolás o Papa Noel. 

Con el paso del tiempo, independientemente del significado que cada familia busque darle, armar el arbolito de navidad se convirtió en una actividad familiar para dar inicio al clima festivo de diciembre. En la actualidad, esta tradición se extendió a toda la población, sea cristiana o no, y se arma el 8 de diciembre en conmemoración del Día de la Inmaculada Concepción de María, proclamada por el papa Pío IX en 1854.